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¿Quieres que tu hijo(a) coma de manera saludable? PARTE POR TI.

Chile tiene indicadores de peso que son alarmantes. Cada día pareciera que las cifras empeoran y la última actualización que tenemos apunta a los niños. Según el estudio “Radiografía de Obesidad Infantil” de Elige Vivir Sano, la obesidad en niños menores de 6 años aumentó un 66,3% entre 2005 y 2018. Algunos de los factores que explican este resultado son: el bajo consumo de frutas y verduras, la alta ingesta de jugos procesados, bebidas gaseosas, dulces y comida chatarra. Otro factor que lidera muchas encuestas es la baja actividad física. En síntesis, el sobrepeso radica principalmente en los hábitos poco saludables. Ahora viene la pregunta del millón: ¿Cómo transformar los hábitos de estos niños? En los talleres, se nos acercan papás y nos preguntan: “¿Hay algún taller al cual puede venir mi hijo?" He escuchado muchas veces el discurso: “Yo tengo un poco de sobrepeso, pero él tiene muchos kilos más”. Cuando escucho ese tipo de comentarios, me pregunto qué tan conscientes son los padres del impacto de sus conductas en sus hijos. Los niños tienden a imitar a las personas que asocian con figuras de cuidado y contención. Por ejemplo, algunos estudios profundizan en cómo las niñas imitan el estilo de alimentación de sus madres, y si, desde temprana edad las ven a dieta u obsesionadas con su peso, pueden generar una predisposición a un trastorno de alimentación.

A continuación, me gustaría compartirte las conclusiones que me parecieron más relevantes del estudio: Influencia parental en el comportamiento al comer, realizado por el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos:

  • Los bebés pueden tener una tendencia a preferir alimentos con sabores similares a los que consumía su mamá mientras lactaba. Además, vienen predispuestos a preferir alimentos dulces (debido a que tienden ser aquellos altos en calorías). Por ende, en un inicio, los alimentos que no son dulces, generalmente serán rechazados.

  • La disponibilidad y la cantidad de alimentos en el hogar genera que el niño tenga una mayor tendencia a aceptar ese alimento.

  • Aquellos padres que premian a sus hijos con comida están provocando una preferencia por esos alimentos.

  • Decirle que no a un niño generará más deseos y lo llevará a la pérdida del control.

  • Para que a un niño le gusten los alimentos “saludables”, debe tener experiencias positivas con esos alimentos y observar a otros comerlos.

¿Cómo nos aseguramos de que nuestros hijos tengan una alimentación saludable?

La invitación de este artículo es “empezar por casa”. Como leímos, los hijos aprenden de sus padres y el contexto en el cual están inmersos, y por naturaleza, preferirán alimentos dulces. Si ven a sus padres comer pasteles y abundancia de comida poco saludable en su refrigerador, probablemente cuando se los ofrezcan fuera de su casa, los aceptarán. Es por esto que es fundamental revisar los hábitos de los padres y su relación con la comida.

Los progenitores pueden incentivar a sus hijos a elevar su nivel de consciencia, enseñándoles a estar atentos a sus cuerpos y darse cuenta de cuándo están satisfechos. Se sugiere promover la auto-regulación, a través de preguntas: ¿seguro que quieres comer más? ¿cuánto crees que es lo necesario para tu cuerpo? Además, los padres deben asegurarse de que las porciones que están sirviendo son apropiadas para sus hijos y para ellos y hacerse la pregunta más incómoda:

¿Mi alimentación está realmente siendo un ejemplo para mi hij@?

Por Rodolfo Álvarez


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